jueves, 3 de diciembre de 2009

Francisco (no hizo nada) y Sofia (así como si nada)



Prendió su cuarto cigarrillo de la mañana y se dispuso a mirar por la ventana como de costumbre, le gusta inventarle historias a la gente que ve y a veces les saca fotos.
Se dio vuelta para cambiar la música de su mp3, ese trayecto siempre lo acompaña con Los Natas.
En el silencio que transcurría mientras cambiaba de carpeta, sintió un ¡hola!. Francisco se dio vuelta para mirar de quien provenía ese sonido, dulce, pero ajeno. Ella lo miro sonriendo, y el se puso nervioso pensando de donde la conocía, no quería pasar vergüenza como siempre.
Ella como leyendo sus pensamientos se adelanto a decirle que no la conocía, que se llamaba Sofía, y que siempre pedía sentarse del lado de la ventana por que le gustaba mirar a la gente que marchaba rumbo a sus vidas por la calle, pero que esta vez iba a hacer la excepción por que era muy lindo. Así como si nada, sus palabras fluyeron como mano por espalda encremada para masajes.
Francisco, poco acostumbrado a que le dijeran que era lindo, se sintió incomodo y como acto reflejo se sentó rígido en el asiento con la actitud de un viejo acartonado.
Sofía se dio cuenta y le sonrío de manera asesina, preguntándole que escuchaba con la intención de empezar una conversación.
Francisco no se dio cuenta ni como, ni cuando pero de manera muy natural estaba charlando con esta chica desconocida pero familiar de manera relajada.
Ella le contó que su ex novio la había dejado, por que ella era demasiado mujer para el, y que pensaba que le había hecho un favor.
Así como si nada...
Cuando el colectivo doblo a la izquierda para tomar la calle Colón, ella le explico que se sentía sola por que no acostumbraba salir con hombres solo por salir, y que prefería tocarse antes de hacerlo con cualquiera.
Así como si nada...
Francisco la miraba hipnotizado, atento, pero solo podía emitir sonidos y monosílabas. Se sentía impotente, quería decirle que el se sentía igual, que no estaba sola en este mundo...pero no dijo nada.
Sofía empezó a trenzarse el pelo, y le contó que le gustaba drogarse a veces, que experimentaba, pero que no tomaba alcohol por que le borraba la memoria y le cerraba los ojos, entonces cuando iba a el baño de un boliche y se miraba asi, no se gustaba.
Así como si nada...
Francisco quería decirle que el hacia lo mismo, y que no le gustaban las chicas que toman alcohol, que la felicitaba, pero solamente dijo...mira vos ché.
Sofía busco en su cartera un lápiz de labios y remarcándose su hermosa boca lo miro con los ojos bien abiertos diciéndole que se sentía rara, que tal vez le gustaban las mujeres, pero que no estaba segura.
Así como si nada...
Francisco se puso triste y pensó en preguntarle por que, invitarla a salir, decirle que hay hombres que creen en el amor, que son dulces, que saben abrazar y besar las lagrimas de manera hermosa, que había hombres buenos, como él. Pero no dijo nada, la miró y le dijo: si, a veces pasa, después de muchas desilusiones...pero todas las personas son iguales en las relaciones. Acto seguido se sintió el hombre mas estúpido del universo y tan básico como un tomate perita. Sabia que el era mas que eso...pero no dijo nada.
Sofía lo miró de nuevo apuñalándolo con la mirada, como si supiera que el tenia mucho mas para dar, pero solo logro intimidarlo mas.
Pensó en besarlo, pero se arrepintió de pensar eso maldiciendo por dentro, y afirmando que así no iba a conseguir un amor besando gente en los colectivos.
Al mismo tiempo Francisco pensó en besarla, pero se arrepintió también pensando que después de su pobre actuación delante de esa chica seria merecedor de una buena cachetada como mínimo.
Se hizo un silencio, y Sofía empezó a contarle que cuando era chica había sufrido mucho por que había sido abusada de varias formas en su familia.
Así como si nada...
Sin respirar siguió diciendo que se había querido suicidar varias veces, de maneras muy creativas, frase que concluyo con una sonrisa.
Así como si nada...
Francisco a esa altura de la conversación no sabia si abrazarla y llorar junto a esa chica que vomitaba palabras e historias crueles y tristes, o si agarrar el martillo que estaba pegado al vidrio romper la ventana y salir corriendo. Pero no hizo nada, solo le pregunto si había hecho terapia, a lo que ella contesto que no riéndose, pero aclarando que ahora era muy feliz, a pesar del mundo, o por mal que le pese al mundo, ya que a veces se preguntaba si no había una especie de conspiración en su contra. Soltó una risa irónica, y se miro los pies de manera tímida.
Francisco se sentía impulsado a abrazarla, sentía la energía fluir entre ellos dos en medio de la corta distancia que separaba sus asientos, pero no hizo nada.
Esta es mi parada, dijo ella, un gusto Fran. Y se bajo.
Así como si nada...
Y Francisco la miró, le dijo chau Sofía...y no hizo nada.
Francisco nunca mas volvió a sentir esa energía, y esa rapidez con que latía su corazón, sigue sin hacer nada.
Vive así como si nada...
Sofía busca a Francisco en todos los colectivos, no sabe por que, y todavía no lo encuentra, mientras tanto no habla con nadie...va escuchando música con sus grandes auriculares...Los Natas también.

3 comentarios:

Hora Ferreyra dijo...

Entenderás, sabrás, habrás notado que soy (ah, perdón, elige tu propio comienzo) un... ¿un qué? Bueno, un algo de ese tipo de encuentros, los que parecen una carrera contra el tiempo, los que se sienten como desactivar una bomba (si fuera Parker Lewis hablándole a mi grabador, esto sería una nota mental). Me ha pasado (creo que lo leíste en alguna parte de mi blog)... esto que escribiste arriba sucedió, pero de otra forma y en mi imaginación.

No pude evitar sentirme un poco Francisco, aunque es triste saber que las personas a las que no me animé a hablarle en los colectivos no deben sentirse Sofía. O sea... Francisco tiene su tristeza gemela, yo no.

Linda historia, en partes irreverente, como supongo que debés ser. Es lindo que escribas, porque supongo que así te describís. No literalmente, pero... ah, sí: http://www.literatura.us/cortazar/autopista.html

Beso.

viktoria dijo...

siempre entendés los sentidos Horacito (ja!), esta historia en realidad es inspirada en chicos como vos y tu historia de la chica de la mochila de green day, y chicas como yo que somos a veces demasiado avasallantes y asustamos, es complicado pero incontenible...
Por otro lado no sabes cuantas Sofias dejaste en el camino...seguramente alguna te estará esperando en alguna parada, en algun colectivo...y mejor aún seguramente te habrás cruzado con muchas "FranciscAs"...O eso me gusta imaginarme a mi...:)

viktoria dijo...

ha! ese libro de Córtazar, lo lei entero :) y de corrido